03 marzo 2010

Eternos reincidentes



Por qué será que cuando terminamos una relación, tarde o temprano volvemos a reincidir? Las mujeres tenemos una curiosa necesidad de regresar no sólo al primer amor, sino también a unas cuantas historietas posteriores; será que el filtro de nuestro instinto emocional a veces se siente vencido por impulsos que no son más que eso, sólo impulsos? Claramente si, la buena noticia es que no nos pasa solamente a nosotras, ellos también tienen la maldita costumbre de volver! La diferencia entre nuestro regreso y el de ellos es que en cada historia el capítulo de superación nos puede tomar unas 30 páginas, mientras que a ellos simplemente les ocupa casi medio renglón: sólo se trata de hacer “BORRÓN Y CUENTA NUEVA”.

Ellos no entienden de plazos, no les enseñaron nunca que para reincidir tienen que conocer la matemática oculta de las mujeres, y las fórmulas son infinitas! No nos alcanzarían ni los 365 síndromes pre menstruales para que prevean nuestras complicadas (según ellos) y tan predecibles reacciones a un mensaje inesperado que nos pregunte “por dónde andas?”

Bajemos a la realidad. Después de unos meses de noviazgo, léase un año aproximadamente, de un día para el otro la naturaleza hormonal te juega una mala pasada y sin poder prevenirlo resulta que parece que ÉL ES AHORA EL QUE ESTÁ OVULANDO! Te plantea confusión, necesidad de pensar, de tomarse tiempo para decidir lo que realmente quiere y necesita para sentirse feliz (ahí es cuando muy adentro tuyo te preguntas: este tipo me está cargando o realmente necesitó esperar a cumplir un cuarto de siglo para replantearse sus prioridades y elecciones de vida?!)
La situación es clara, aunque él no la aclare como corresponde: perdió el interés, perdió las ganas de constancia, quiere salir ahí afuera y llevarse el mundo por delante, sentirse libre de poder chamullar con la primera que se le cruce independientemente de que la vaya a meter en su cama (aunque la mayoría de las veces eligen hacerlo); pero sabe que no puede ser tan “bestia” de escupir todo eso que tiene adentro sin filtros ni sutileza, entonces te lo plantea con actitud de compungido, casi hasta con culpa por la manera en que lo atosiga semejante confusión. Lo que no advierte (y nunca van a saber advertir) es que PODES PARECER BOLUDA, PERO NO LO SOS! Está claro que vas a seguirle el juego, hacer el papel de novia comprensiva que acepta sus tiempos y respeta sus decisiones, porque de otra manera te deberías convertir en una arpía que le pega donde más le duele y le termina dejando un trastorno digno de tratar con un psicólogo, anulando así cualquier posibilidad de reincidencia.

Pasa un tiempo, te dedicas a seguir con tu vida tratando de hacerla más divertida aún que cuando estabas con él (porque para vos lógicamente no estaba todo perdido) y mientras tanto mantenes en tu subconsciente la idea de que él seguro anda por ahí, de bar en bar, de joda en joda hasta porqué no de cama en cama con algún gato pasajero. Este es el momento en el que inesperadamente a las 4 de la mañana te llega un mensaje que dice “Dónde andas?...te extraño” Y ACA ES CUANDO YO HABLO DE QUE NO ENTIENDEN DE PLAZOS!

No deduce, ni imagina que en todos y cada uno de los días que hace que no estás con él te levantas pensando si en algún momento del día te lo cruzarás, y por las dudas te pones la última remerita que te compraste, con el jean que mejor te quede, un maquillaje onda casual y algún peinado que te acuerdes le gustaba. La historia se repite una y otra vez, todo por las dudas.

Volvamos al mensaje, que llega de la mano de una histeria inconcebible , unos nervios que te hacen sentir una boluda por ser consciente de sentirlos, y a la vez te altera porque cada segundo que demores en responder DICE MUCHO MAS QUE UN MENSAJE!... y ahí vas, al auxilio de tus amigas con las que estabas bailando ridículamente en algún bolichongo que nunca antes habías ido, desesperada para que te ayuden a responderle con tono de superada; sabes que se viene el encuentro, queres que llegue pero no podes quedar como regalada (encima te empiezan a jugar en contra los 3 vasos de más que te tomaste). Te salió el tiro por la culata, aceptaste sin demasiado disimulo, pasaste una noche increíble sin frenos de ningún tipo, y al otro día cuando te despertaste ya no estaba más. Volviste a ser una solterona más en busca de diversión, que no puede terminar de desprenderse del ex, porque lo de anoche no fue sólo sexo para vos...volviste a extrañarlo todos los días, a seguir esperando un nuevo mensaje, a ser una chica “siempre lista” por si se te presenta algún nuevo encuentro...y a odiarte a vos misma por no haber tenido los ovarios suficientes para decir que NO, dejándolo que sienta que ya te perdió, porque todavía ibas por la página 15 de tu capítulo de superación, no lo habías terminado.
Y si, ellos son eternos reincidentes, y nosotras no aprendimos a negarnos...todo por las dudas.

2 comentarios:

  1. jajajaaa cuanto estereotipo cierto! la verdad que aunque no parezca el ser-parecer-actuar siempre andan desintonizados cuando se habla de relaciones.
    Diver el blog chiquis! espero mas posteos.

    *Mer*

    ResponderEliminar
  2. jajajaja como me rei, es la posta chabonn! Todavia no me llego el msj de te extraño pero el resto de la historia es TAL CUAL!..

    MUY BUENO! (Y

    ResponderEliminar