25 febrero 2010

cerdos y diamantes

Un límite casi inexistente en algunas ocasiones. La delgada línea roja en la que el príncipe azul se convierte en sapo o hasta en un marrano ( es casi lo mismo?). Como hacemos para mantenernos en princesas en esos momentos donde la guerrilla esta a flor de piel? Como hacemos, con dos ovarios para entender a dos testículos? Los nuestros están resguardados, calmos, en habitad de confort…ellos están sueltos, bamboleantes, mas expuestos. Por que si somos pacificas y tiernas, somos Heidi y boludas, porque si somos perras, los asustamos. Por que si les dejamos su espacio, quizás después es nuestra culpa por dejarlos ser…y cuando nos enojamos, salta la frase “pero vos me dejaste”. Garras afueras, estamos ante una típica actitud de testosterona.

El cerdo pasa a ser un diamante, no en bruto…sino bruto a secas…

Se planteo el tema en una cena. Cartas sobre la mesa y manos a la obra, que este es un espacio de catarsis. Como hacemos para entenderlos y no morir en el intento, la pregunta siempre fue: que es lo que ELLAS quieren?...dejemos la ingenuidad de lado, que sabemos que en estas épocas, los roles se invirtieron, el varón es el histérico y la mujer la que lo rema. Cómo nos encontramos en esta nueva posición? Pero, a saberla machos…a histéricos, histéricas y medio…que saben que le llevamos varios años de ventaja y experiencia en el bello arte del histeriquismo crónico. Ahora, que es lo que ellos quieren???? Realmente nos importa lo que ELLOS quieren??

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